En casi todas las ceremonias están presentes (explícitamente o no) dos realidades que nos muestran su importancia por los profundos significados que tienen para la propia vida.
A esas realidades (que por supuesto admiten diferentes interpretaciones) las conocemos como “la Inmortalidad y “lo Sagrado”
El Mensaje le da a estos temas mucha importancia y aclara que se debe tener pleno derecho, como ser humano, para creer o no creer en la Inmortalidad y lo Sagrado, porque claro, de acuerdo a como se emplaze uno frente a esto, así será la orientación de su vida.
El Mensaje asume las dificultades de reflexionar, de examinar abiertamente creencias fundamentales, porque choca no solamente con la censura, sino también con la autocensura, que inhiben al libre pensamiento y a la buena conciencia.
Dentro del contexto de la libre interpretación que alienta y propicia el Mensaje, hay múltiples posturas referidas a lo que es la Inmortalidad para cada uno.; de igual manera pasa con el tema de lo Sagrado, surgen distintas posturas…
En las comunidades que se forman en torno al Mensaje todas las diferentes opiniones y ubicaciones frente a la Inmortalidad y a lo Sagrado, no tienen que ser simplemente “toleradas”, sino verdaderamente respetadas.
Lo sagrado se nos manifiesta desde la profundidad de la persona, es entonces donde cobra importancia la experiencia con la Fuerza, como fenómeno extraordinario que podemos hacer irrumpir en la vida cotidiana.
Con la experiencia de la Fuerza, uno mismo tiene vivencias, sensaciones, registros, en suma evidencias profundas.
La experiencia con la Fuerza se realiza en la ceremonia conocida como el Oficio y la Imposición.
Si te ha interesado todo esto, puedes leer más si descargas el libro del Mensaje de Silo, si haces clic en el link correspondiente en este blog, en la barra lateral de la izquierda.
Recibe un afectuoso abrazo, Oscar
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