Encuentro de Mensajeros 2015
Punta de Vacas -Mendoza -Argentina-
Impresiones de mi primer viaje a este Encuentro
Desde hace algunos años se viene realizando el encuentro de Mensajeros en el Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas, es una reunión anual de intercambio y planificación de nuevos Proyectos tanto personales como grupales.
Asisten gente de diferentes países y edades lo cual produce mucha apertura y diversidad.
El viaje lo inicié en Bs.As., rodeada de gente de diferentes edades; las risas, la buena onda y la alegría se percibían en el aire.Todos sabíamos que era un viaje diferente, que el lugar hacia el que nos dirigíamos tenía un significado especial para cada uno.
Los Andes imponentes, majestuosos, fuertes, vibrantes como guardianes escondían ese lugar especial al que desde hacia tiempo quería llegar.
El autobús rodaba por la carretera, de pronto comencé a ver los techos azules tan característicos de las construcciones de nuestro Parque. La emoción comenzó a embargarme y me lancé a sacar fotos como para guardar ese momento y esos espacios en mi memoria y en mi corazón.
Al llegar comencé a hacerme la pregunta que desde hacía algunos meses venía haciéndome ¿Qué he venido a buscar?
El entorno inigualable de los Andes y el Parque ponían a cada instante el marco preciso para encontrar lo que fui a buscar.
A medida que fueron pasando los días comencé a caer en cuenta o a responderme la pregunta.
El contacto con tantos seres humanos llenos de vitalidad, que transmitían tantas de ganas de vivir, una correntada de energía que se sentía en cada uno hicieron que todo mi cuerpo registrara algo nuevo realmente.
Comencé a darme cuenta que todo lo hecho en todos estos años de participación en el Siloísmo, todo lo hecho durante tanto tiempo se concretaba en un instante y entonces una experiencia de Sentido muy fuerte se me hizo patente, ese futuro por el que tantos amigos hemos trabajado, ese futuro ya es hoy, está presente…
También me di cuenta que el desarrollo de nuestra Doctrina ya no tiene límites y que nada ni nadie nos detendrá.
Y entonces es que hoy todavía al recordar ese instante surge en mi una profunda alegría y un profundo agradecimiento al Maestro, Silo, y a todos mis compañeros con los cuales he compartido este hermoso viaje a lo largo de los años.
Lucero Catarineu
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