La apertura social e histórica del ser humano
Hola ! espero te encuentres bien...la entrada de hoy nació a raíz de estar releyendo el libro Carta a mis Amigos, cuyo autor es Silo, (concretamente la cuarta carta) y de ésta elegí un breve párrafo que es una aproximación de algunos temas sobre el ser humano, comenzando con una definición sobre el mismo, sobre su supuesta naturaleza, su intencionalidad y su acción transformadora...por eso lo copié y aquí está...
un afectuoso abrazo, Oscar
...// "Me es insuficiente la definición del hombre por su sociabilidad ya que esto no hace a la distinción con numerosas especies; tampoco su fuerza de trabajo es lo característico, cotejada con la de animales más poderosos; ni siquiera el lenguaje lo define en su
esencia, porque sabemos de códigos y formas de comunicación entre diversos animales.
En cambio, al encontrarse cada nuevo ser humano con un mundo modificado por otros y ser constituido por ese mundo intencionado, descubro su capacidad de acumulación e incorporación a lo temporal, descubro su dimensión histórico-social, no simplemente social.
Vistas así las cosas, puedo intentar una definición diciendo: el hombre es el ser histórico, cuyo modo de acción social transforma a su propia naturaleza.
Si admito lo anterior, habré de aceptar que ese ser puede transformar intencionalmente su constitución física.
Y así está ocurriendo. Comenzó con la utilización de instrumentos que puestos adelante de su cuerpo como “prótesis” externas le permitieron alargar su mano, perfeccionar sus sentidos y aumentar su fuerza y calidad de trabajo.
Naturalmente no estaba dotado para los medios líquido y aéreo y sin embargo creó condiciones para desplazarse en ellos, hasta comenzar a emigrar de su medio natural, el planeta Tierra.
Hoy, además, está internándose en su propio cuerpo cambiando sus órganos; interviniendo en su química cerebral; fecundando in vitro y manipulando sus genes.
Si con la idea de “naturaleza” se ha querido señalar lo permanente, tal idea es hoy inadecuada aún si se la quiere aplicar a lo más objetal del ser humano es decir, a su cuerpo.
Y en lo que hace a una “moral natural”, a un “derecho natural”, o a “instituciones naturales” encontramos, opuestamente, que en ese campo todo es histórico-social y nada allí existe “por naturaleza”.//..."
párrafo de la cuarta carta a mis amigos (19 de diciembre de 1991), del libro Cartas a mis amigos - Silo
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