El paisaje externo

Hola !...bien la entrada de hoy creo que es muy interesante, ya que plantea preguntas que aparentemente podrían ser sencillas de responder...pero que tal vez, hacen reflexionar cuando se termina de leer el texto de este tercer capítulo del Paisaje Interno...
Hasta aquí llega hoy, mi introducción a la lectura...

un afectuoso abrazo, Oscar


"Mira cómo, lentamente, camina esa pareja. Mientras él enlaza su cintura, ella reclina su cabeza sobre el hombro amistoso. Y avanzan en el otoño de las hojas que revolotean crepitantes...en la
expiración del amarillo, del rojo y del violeta. Jóvenes y hermosos avanzan, sin embargo, hacia la tarde de la niebla plomo. Una llovizna fría y los juegos de  los niños, sin niños, en jardines desiertos.

1. Para unos, esto reaviva suaves y tal vez, amables nostalgias. Para otros, libera sueños. Para algunos más, promesas que serán cumplidas en los días radiantes que vendrán. Así, frente a un mismo mar, este se angustia y aquél, reconfortado, se expande. Y mil más, sobrecogidos, contemplan los peñones helados; mientras otros tantos,admiran esos cristales tallados a escala gigantesca. Unos deprimidos, otros exaltados, frente al mismo paisaje.

2. Si un mismo paisaje es diferente para dos personas, ¿dónde está la diferencia?

3. Ha de suceder con aquello que se ve y aquello que se escucha. Toma como ejemplo la palabra "futuro". Este se crispa, aquél permanece indiferente y un tercero sacrificaría su "hoy", por ella.

4. Toma como ejemplo la música. Toma como ejemplo las palabras con significado social o religioso.

5. A veces ocurre que un paisaje es reprobado o aceptado, por las multitudes y los pueblos. Sin embargo, esa reprobación o aceptación, ¿está en el paisaje, o en el seno de las multitudes y los pueblos?

6. Entre la sospecha y la esperanza, tu vida se orienta hacia paisajes que coinciden con algo que hay en ti.

7. Todo este mundo que no has elegido, sino que te ha sido dado para que humanices, es el paisaje que más crece cuanto crece la vida. Por tanto, que tu corazón nunca diga: "Ni el otoño, ni el mar, ni los montes helados, tienen que ver conmigo", sino que afirme: "Quiero la realidad que construyo!".

(capítulo III del libro El Paisaje Interno - Silo)

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